a salvación no se puede perder, porque está basada en la gracia de Dios. Por lo que vamos a refutar está idea
con bases bíblicas (Efesios 2:8-9; Romanos 4:1-5)
La doctrina de la seguridad de la salvación es un tema central en el cristianismo, y ha sido objeto de debate durante siglos. Algunos creen que una vez que una persona ha sido salva, puede perder su salvación si comete ciertos pecados o deja de creer. Nosotros creemos que la salvación es un regalo eterno e inquebrantable de Dios, que no puede perderse de ninguna manera.
En este artículo, nos centraremos en el argumento de la seguridad de la salvación. Exploraremos las razones por las que, como cristianos creemos que la salvación es un regalo seguro y permanente, basado en las enseñanzas de la Biblia.
1. La salvación es un regalo de Dios por gracia, no por obras:
La Biblia enseña claramente que la salvación es un regalo gratuito de Dios, no algo que podamos ganarnos por nuestras propias obras. Efesios 2:8-9 dice: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."
Si la salvación dependiera de nuestras propias obras, siempre correríamos el riesgo de perderla si cometemos un error o no somos lo suficientemente buenos. Pero la Biblia nos asegura que la salvación es un regalo basado en la gracia de Dios, y su gracia es inmerecida e inmutable.
2. Jesús garantizó la salvación para todos los que creen en él:
Juan 3:16 es uno de los versículos más conocidos de la Biblia, y declara: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna."
Este versículo nos ofrece una promesa clara de parte de Jesús mismo: que todos los que creen en él tendrán vida eterna. No hay condiciones ni excepciones. Si hemos puesto nuestra fe en Jesús, podemos tener la plena seguridad de que estamos salvos para siempre.
3. Los creyentes están sellados por el Espíritu Santo:
Efesios 1:13-14 dice: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de nuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es arras de nuestra herencia, para la redención de la propiedad adquirida, para alabanza de su gloria."
Cuando creemos en Jesús, somos sellados por el Espíritu Santo, quien nos garantiza nuestra herencia como hijos de Dios. Este sello es permanente e inquebrantable, y nos asegura que estamos seguros en el amor de Dios.
4. La seguridad de la salvación no conduce al libertinaje:
Algunos podrían argumentar que la seguridad de la salvación conduce a un estilo de vida de libertinaje, ya que las personas ya no temerían las consecuencias de sus pecados. Sin embargo, la Biblia enseña que el amor de Dios y su gracia nos motivan a vivir una vida santa, no a pecar más libremente. 1 Juan 3:9 dice: "Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios."
Cuando conocemos el amor inquebrantable de Dios por nosotros, y la seguridad de nuestra salvación, nos sentimos impulsados a vivir una vida que le agrada, por gratitud y amor, no por temor al castigo.
Conclusión:
La seguridad de la salvación es una verdad reconfortante que nos ofrece paz y esperanza en medio de las incertidumbres de la vida. No se basa en nuestras propias obras o méritos, sino en el amor inmerecido y la gracia de Dios. Al creer en Jesús y confiar en su sacrificio por nosotros, podemos tener la plena seguridad de que nuestra salvación es eterna e inquebrantable.